Amigo omnipresente,
tú me conoces, yo no.
Ya sabes que diré y haré,
y sabes que ahorrare en explicaciones absurdas,
Y menos peticiones egoístas.
Alégo por bien sentir,
Que hay alguien que escucha,a fuerza de diminuta fe,
Preciso creer que,
Al parecer eso haces.


Por supuesto,
Sin degradar a los que te exaltan,
Creen que creen, de seguro y por mucho menos empalan,
Jamás aceptarían un buen consejo;
“Es de humildes pedir consulta”,
Pues me opongo a ser un cordero



“El saber que creo que se” es bien jodido a la hora de actuar,
Aunque puedo responder a mi propia pregunta con total seguridad de acertar,
no impide que todo se suceda tal cual,
Exactamente lo contrario.
me niego a ser un juguete

Ni por pose estética y malas costumbres,
hay algo ahí que me impide creerte querido amigo.
Hay algo ahí que no me deja ver,
este es mi onírico reclamo,
una patada en el trasero trascendente,
ojala truequen anteojos de ese tipo.
yo impugno que sean vendidos.



Y aquí estoy ,
Así son los estados pasajeros de felicidad,
Tipeando mi desorden,
Que con flojedad anhelo perfectos
y me pregunto cuando me tocara a mi.
Rechazo parangonar tragedias.

Romper lo cotidiano, me es imposible,
Tú sabes mucho de eso, me mofo contigo del gentío kitsch,
Que se mortifica despelotada,
deliberado Omito sonreír.

Esta es nuestra tierra de invisibles incrédulos,
nos leemos entre malditos,
rememorando a los olvidados,
Así somos los grandes menospreciados.
Postrados por abstractas bendiciones,
No venderé mis escritos a cien pesos.

Ve tú si me contestas,
Sin óbitarme en extrañas circunstancias ,
No prometo esperar esperando,
no me interesa, me aburro.
Necesitaba coyuntura,
Excusame,
Se que me conoces.












O.RIVERADIAZ