
Hace ya unos días, una buena, tarde entre a una iglesia. Sentí desde los mas hondo de mi crepúscula humanidad, que algo me hacia falta, el inmenso vacío de los no amados.
Ese Dios, que peregrinos en autos y gritones enajenados consignan a gritos , no estaba ahí.
Además y Generalmente algún dolor estomacal muy humano me distrae y/o elimina todo intento de encuentro, y más aun si ese dolor es por melancólico amor.
Es por eso que salí a la calle, tan solo diez minutos de encierro eclesiástico, prendí un pucho en la escalera, uno Light como todo hombre moderno.
Alguien dejo caer un fósforo gigante, una preciosa luz en el cielo cayo iluminando, la fugaz estrella que jamás en toda mi vida había visto.
Pensé en el “todopoderoso”,y si fuera así, por que no podría el estar fumando un buen cigarrillo.
Camine no mas de una cuadra y un hombre me pidió monedas, me ofreció disculpas, y se excusó de estar loco y necesitarlas para beber.
- No tienes por que pedir disculpas, dije, tenemos todos el mismo problema, incluso el exaltado de arriba.
Le di la mano.
- Vaya con dios, dije.
Tome de mi bolsillo las tres monedas de cien pesos que me quedaban, En aquel momento no se me ocurrió ceder “mi deseo”, que por cierto era un mejor regalo que tres míseras monedas, pero ,que mucho me hubieran servido para no caminar con la cesación de ser tan idiota ,solo, y sin dinero.
Al fin del trayecto, me sentí sobre humano, bendecido, con llaves para abrir así fuera una puerta, la de mi casa, donde esta mi cama, donde me arropo y me tiro.
Y digo ,Simplemente ,
buenas noches.
O.Riveradiaz
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