
Venía camino a encontrarme o a reencontrarme con quien seria “feliz para siempre”, nadie sabia que pasaba por mi cabeza, nadie.El pago fue justo,yo la deje primero. Que corazon partido,de el solo quedaban tripas esparramadas en el asiento de un colectivo.
- ¿para mi? , pregunte, el solo asintió, todo tierno, me regalo una gomita dulce.
-Gracias. Dije, embobado, obnubilado.
¡El si presto atención y le importo la mierda que yo llevaba a cuestas!.
Pensé, en la usual forma de los inteligentes modernos, todos esos consejos seudo psicológicos, sermones de bar.inutiles.
Sin mas rodeos, el pequeño, me regalo lo que mejor tenia en sus manos, en silencio y sonrió.
O. Riveradiaz
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