
Talentoso quien comience en noviembre los cariños por lo que le concierne, simbólicos inútiles cantares de conciencia sublime, solitario viejo resucitar inaudito, y rajar.
Y moler a palos las antañas horrendas telas y arañas.
Que de polvos ni hablar.
Azucarado el acordeón infinito del dulce café de primavera lacrimógena, el piano sarpullido de temores, y las teclas pican, necrosanta necrosistica verborrea dramática de enajenado desazón
Pre verano dermatitico, dulces recuerdos de la mierda que haces para con todo el embeleco culebron, y el porvenir, y el miedo. Piedad, inquisidor. Una cucharita de honor.
Ruego pedir piedad, dice el imbecil, conforme, sufrido, afable, amable, el alter refugio del hombre inacabado, que se caga de calor, cuando, hace frió.
yo Me cago de frió y hace calor. E insistes con tu misericordiosa actitud.
O. Riveradiaz
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